Los sonidos que sorprenden a las personas que dejan de ser sordas

 

El 12 de noviembre, Dušan Gligorijević, que se llama Cerberusclh en Reddit, lanzó esta pregunta en inglés en el foro AskReddit: «Usuarios de Reddit que fuisteis sordos y ya no, ¿qué imaginabais que tendría un sonido, pero luego no lo tenía?».

Hay más de 5.100 comentarios en cinco días desde su publicación. «No me esperaba tantas respuestas», dice a Verne por mensaje privado el autor de la pregunta. Muchas son de personas que tuvieron problemas de audición cuando eran pequeños y que fueron corregidos con el paso de los años.

Y más que contestar a la pregunta de Gligorijević, cuentan qué sonidos les sorprendieron, entre otras muchas anécdotas. También hay respuestas de amigos o familiares de personas que fueron sordas o no oían correctamente. Estos son algunos de los mejores comentarios.

Bookluvr83: Tenía un amigo al que le sorprendió que las personas tuviésemos voces diferentes.

7epizza: Una amiga sorda me preguntó si el helado hace algún sonido cuando se derrite.

Dontfeedtheseagull: Tengo problemas de audición. Cuando empecé a usar audífonos me di cuenta de que no sabía el ruido constante que hacen los frigoríficos y los aires acondicionados.

Nickrobl: Cuando era pequeño, siempre me tenía que quitar mis audífonos cuando me metía en el agua. Un día estaba sentado en una piscina, pero sin bañarme. No me podía creer lo clara y fresca que sonaba el agua. Desde entonces, piscinas y lagos siguen siendo un sonido único para mí. Incluso en una bañera. Me encanta oír el agua.

HippoKingOfOld: Una compañera de trabajo no sabía que los tubos fluorescentes hacen ese zumbido. Lo odia.

Lesserantilles: Después de empezar a usar mi primer audífono me quedaba en la cama y hacía que las sábanas se arrugasen. Probablemente durante demasiado tiempo.

DeafLady: Antes de que me pusieran un implante no sabía lo ruidoso que usar el lavabo puede ser. Lo apagaba cada vez que entraba en el baño, especialmente en uno público. También me di cuenta de lo importante que es el sonido en las películas de terror. Me gustaban antes, pero entendí que solo había experimentado la mitad de la experiencia.

Stopstaringatmeswan4: Tuve mis primeros audífonos con 12 años. Sinceramente, cualquier sonido me sorprendía. No estaba preparado para lo ruidoso que es el mundo. Cuando el otorrino me dio los audífonos, dejó un bolígrafo en su escritorio. Sonaba como si hubiera dado un golpe a a la mesa. Me levanté y, al andar, pensé que se habían roto mis pantalones por el ruido que hacían.  Era solo el viento contra ellos.

Steffchen: Odios los clics. Cada ratón de ordenador, teclado, bolígrafo… ¡Arrrgh! Solo me pongo los audífonos en reuniones, cuando es importante entender a otras personas. Si no, disfruto del dulce silencio.

Scrublette: Me pusieron los audífonos con 15 años. Recuerdo ir a mi habitación con ellos y oír un grillo por primera vez. Por alguna razón, el sonido me enloqueció tanto que lo grabé y se lo puse a mi padre. Me sacaba de mis casillas que el sonido no parase. El sonido del pelo al ser cepillado también es horrible.

StatickPulse: Alguien que conozco se sorprendía por el sonido de la gravilla al andar. Y también le sorprendía que la lluvia hiciese ruido y la nieve no.

Kmw7: Grité la primera vez que oí una cisterna.

Plantpet: A una de mis profesoras le sorprendía que las olas del océano sonasen diferente en función del temporal. Y que el viento sonase. También pensaba que el sol hacía un ruido diferente cuando daba contra la acera o contra el césped, para terminar sorprendida por el hecho de que no hace ningún sonido.

Jaytag657: Mi mejor amigo era sordo. Cuando empezó a usar audífonos me dijo que no sabía que el papel hacía ruido al moverlo.

JellybeansInTX: He sido sordo desde que nací. Al principio usaba audífonos y a los 40 años me pusieron un implante coclear. El sonido al que nunca me he podido acostumbrar es el «tic-tac» de los relojes.

Amnjm1011: Hasta que no empezó a usar audífonos, mi hija no sabía que las chanclas hacen ruido al andar.

SeaBeeDecodesLife: Mi hermana ha sido sorda toda su vida. Ella creía que los tiburones hacían algún sonido. Recuerdo que, cuando éramos niños, un día en la playa no paraba de decirle a mi madre «¿oyes eso? ¡es un tiburón!».

Artículo publicado en verne.elpais

Día Internacional del Daño Cerebral Adquirido

El día 26 de octubre es un día dedicado a la concienciación del Daño Cerebral Adquirido. El día 26 de octubre es un día dedicado a la concienciación del Daño Cerebral Adquirido. Un día para cuidar de todas las personas afectadas y para promover una calidad asistencial cada vez mayor.

El Daño Cerebral Adquirido (DCA) es una lesión repentina en el cerebro. Se caracteriza por su aparición brusca y por el conjunto variado de secuelas que presenta según el área del cerebro lesionada y la gravedad del daño. Estas secuelas provocan anomalías en la percepción, alteraciones físicas, cognitivas y emocionales.

La principal causa de daño cerebral es el ictus, seguida de los traumatismos craneoencefálicos y enfermedades como las anoxias, los tumores cerebrales o las infecciones. Los ictus, también llamados accidentes cerebrovasculares (ACVs), se producen por la interrupción repentina del flujo sanguíneo en una zona del cerebro. El 44% de las personas que sobreviven a un ictus desarrollan discapacidad grave por el daño resultante.

Cuando el origen de la lesión cerebral es un golpe, hablamos de traumatismo craneoencefálico (TCE). Muchos de los traumatismos craneoencefálicos que causan daño cerebral se producen por un accidente de tráfico. Otras situaciones que pueden provocar un TCE son los accidentes laborales, las caídas o las agresiones físicas.

Según las áreas de rehabilitación que las trabajan, las secuelas del daño cerebral pueden clasificarse en siete grandes áreas: nivel de alerta, control motor, recepción de información, comunicación, cognición, emociones y actividades de la vida diaria.

La petición de la FEDACE este 26 de octubre de 2018

La Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE) reclama este año una Estrategia Nacional para garantizar la calidad de vida de las personas con daño cerebral y sus familias. Por ello se realizará una jornada sobre inclusión laboral en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Durante la jornada se presentará la “Guía Metodológica de Intervención y Buenas Prácticas para la Inclusión Sociolaboral de las personas con DCA”. La guía se ha realizado conjuntamente entre el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y la Federación de Daño Cerebral (FEDACE).

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Más información en FEDACE

Una feria sin ruido para niños con autismo

 

En la feria de San Pedro de Alcántara hubo este año un rato de tranquilidad. Durante un par de horas no se escuchó el ruido ensordecedor que acompaña a cada atracción, y hasta el feriante dejó de anunciar la rifa a gritos. La jarana paró para que una treintena de niños con trastorno de espectro autista (TEA) pudieran disfrutar de la fiesta, probablemente por primera vez en su vida.

La  Asociación Principito logró convencer a los feriantes de que concedieran un par de horas de respiro desde las cinco a las siete de este jueves. «Es una iniciativa que surgió porque nuestros niños no pueden ir a la feria», explica Beatriz Ruiz, que forma parte de la asociación. Aunque una tromba de agua retrasó un poco el momento, finalmente los niños y niñas con TEA pudieron disfrutar de las atracciones como cualquier otro.

Los TEA afectan de forma diversa a cada persona que los sufre, pero se caracterizan en general por la dificultad para procesar la información del entorno, ya sea auditiva, visual o táctil. En la mayoría de los casos, los niños se sienten bombardeados por la información que reciben de sus sentidos.

Ese trastorno en el procesamiento sensorial causa problemas de aprendizaje, conducta y coordinación, y afecta a sus relaciones sociales, a su autonomía personal, a sus habilidades para el juego y a su misma capacidad de comunicarse.

Una feria, donde se reciben estímulos sensoriales por todos los canales, de forma continua y agresiva, puede convertirse en un infierno para un niño o niña con TEA. «Yo nunca había podido estar más de una hora con mi hijo, que tiene cuatro años», comenta Ruiz.

Las luces, la música y los gritos, que generan en cualquiera un estado de excitación, pueden provocar un efecto devastador en un pequeño con TEA. Los dos días siguientes a una exposición de este tipo suelen ser muy problemáticos. «Un niño hipersensible va a escuchar un ruido como si fuera por un altavoz. Se les descompone la cara, se ponen muy nerviosos y quienes tienen problemas más severos echan a correr».

Sin embargo, esto no les quita las ganas de ir a la feria. «Intentamos llevarles y hacer una vida normal. Hacer lo que hace todo el mundo. Ellos quieren ir a la feria porque sus compañeros van. Son niños por encima de todo», señala Ruiz, madre de un niño de cuatro años. Por eso, a la asociación se le ocurrió plantear una iniciativa novedosa: que los feriantes apagaran la música y sus reclamos durante un rato.

La idea fue bien recibida por la  tenencia de alcaldía de San Pedro de Alcántara (perteneciente a Marbella). Los feriantes la aceptaron finalmente y eligieron la tarde del jueves para llevarla a la práctica. Unos treinta niños con TEA disfrutaron de la feria. «Nos lo agradecieron todos lo que fueron a esa hora, porque cada vez ponen la música más alta», comenta Ruiz.

Ella y otros padres y madres fundaron la Asociación Principito hace apenas un año, con la idea de facilitar el acceso a la formación de las familias con niños y niñas con TEA. Organizan charlas, talleres y cursos: «Cuanto más comprendes el autismo más comprendes a tus hijos».

Trastornos del espectro autista: 1 de cada 160 niños

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha detectado un «aparente incremento de la prevalencia» de estos trastornos en los últimos 50 años, para la que encuentra varias «explicaciones posibles», entre ellas una mayor concienciación, la ampliación de los criterios diagnósticos, mejores herramientas diagnósticas y una mejor comunicación.

Los trastornos del espectro autista afectan a 1 de cada 160 niños, según las estimaciones de la OMS, que ha pedido que las intervenciones individuales se acompañen de medidas más generales «que hagan que los entornos físicos, sociales y actitudinales sean más accesibles, inclusivos y compasivos».

Durante un rato algo así ocurrió en una feria de la Costa del Sol. Durante un par de horas, treinta niños y niñas pudieron disfrutar de las atracciones de la feria igual que los disfrutan sus compañeros y amigos.

Noticia extraída de diario.com

Prácticas auditivas responsables: «Escuchar sin riesgos»

La preocupación por el aumento de la exposición a sonidos fuertes en lugares de ocio como clubes nocturnos, discotecas, pubs, bares, cines, conciertos, eventos deportivos e incluso gimnasios es cada vez mayor. Con la popularización de la tecnología, algunos dispositivos, como los reproductores de música, suelen escucharse a volúmenes perjudiciales y durante largos periodos de tiempo. Todo ello supone con frecuencia un grave riesgo de pérdida auditiva irreversible.

datos preocupantes

El análisis de los datos de la encuesta nacional de salud y nutrición (National Health and Nutrition Examination Survey) de los Estados Unidos indica que, entre 1994 y 2006, la prevalencia de la pérdida de audición entre la población adolescente (de 12 a 19 años) aumentó considerablemente, del 3,5% al 5,3%. Se prevé que esta prevalencia siga aumentando, dado que el número de personas que escuchan música con auriculares se incrementó en un 75% entre 1990 y 2005 en los Estados Unidos.

En un informe de 2008 de la Comisión Europea se afirma que una proporción cada vez mayor de la población utiliza dispositivos de audio para uso personal. El aumento de las ventas de teléfonos inteligentes (solo en 2011 se vendieron 470 millones en el mundo) es otro indicador de ese posible riesgo.

El mayor acceso a dispositivos de audio personales y el aumento de su uso para escuchar música van acompañados del hecho de que estos aparatos se utilizan a gran volumen y por periodos prolongados. Estos comportamientos de riesgo pueden dañar la capacidad de audición de forma permanente.

¿Cómo podemos proteger la audición?

Hay muchas medidas que podemos tomar para velar por una audición exenta de riesgos. Estas medidas pueden ser tomadas por los propios usuarios o por los padres, los profesores, los responsables de los lugares de ocio, los fabricantes y los gobiernos. A continuación se destacan algunas de ellas. ¿Qué pueden hacer los usuarios?

Mantener el volumen bajo

Como ya se ha señalado, se recomienda un volumen inferior a los 85 dB para una duración máxima de ocho horas al día. El nivel de ruido puede ser demasiado alto si hay que subir la voz para hacerse entender; si es difícil entender a alguien que está a un brazo de distancia; o si se empieza a sentir dolor o a tener acúfenos. Incluso un pequeño descenso del volumen puede ofrecer una protección importante. Al utilizar dispositivos de audio de uso personal, el volumen se puede reducir:

• Utilizando tapones para los oídos. Cuando vaya a un club nocturno, discoteca, bar, evento deportivo u otro lugar ruidoso, utilice tapones para proteger los oídos. Si se colocan bien, los tapones pueden ayudar a reducir el nivel de exposición considerablemente: entre 5 y 45 dB, dependiendo del tipo de tapones.

• Utilizando cascos o auriculares que se ajusten bien y, de ser posible, que aíslen del ruido del entorno. Si se ajustan bien, los cascos y los auriculares permiten escuchar música con claridad a volúmenes más bajos, y cuando aíslan del ruido del entorno permiten escuchar el sonido a un volumen más bajo del que sería necesario en caso de no ser aislantes. Por ejemplo, las personas que suelen utilizar su dispositivo de audio en trenes o aviones deberían considerar la posibilidad de utilizar cascos o auriculares que aíslen del ruido ambiental en esos entornos.

• Respetando los niveles seguros de exposición al ruido. Conviene determinar el volumen exento de riesgos en los dispositivos de audio de uso personal ajustando el volumen a un nivel cómodo en un ambiente tranquilo, de modo que no supere el 60% del volumen máximo.

Limitar el tiempo que dedicado a actividades ruidosas

Como se ha indicado anteriormente, la duración de la exposición al ruido es uno de los principales factores que contribuyen al nivel total de energía acústica. La duración puede minimizarse adoptando las siguientes medidas:

• Hacer breves descansos auditivos. Al ir a un club nocturno, discoteca, bar, instalación deportiva u otro lugar ruidoso, conviene hacer breves descansos auditivos para reducir la duración total de la exposición al ruido.

• Alejarse de los ruidos fuertes. En lugares ruidosos, conviene mantenerse lo más lejos posible de fuentes de sonido como los altavoces. Trasladarse a lugares más silenciosos dentro de un local puede reducir el nivel de exposición

• Limitar el tiempo diario de utilización de los dispositivos de audio personales. Aunque es importante mantener el volumen bajo, la limitación del uso de dispositivos de audio personales a menos de una hora al día contribuye enormemente a reducir la exposición al sonido.

Vigilar los niveles seguros de exposición al ruido Los usuarios deberían documentarse correctamente acerca del nivel seguro de exposición al ruido de sus dispositivos de audio personales informándose sobre los productos y sus características de seguridad. La tecnología de los teléfonos inteligentes se puede utilizar para medir los niveles de exposición al ruido y conocer el consiguiente riesgo de pérdida de audición.

Algunas aplicaciones accesibles a través de los teléfonos indican la intensidad del ruido en decibelios y si la exposición es peligrosa. Estas aplicaciones son fáciles de descargar y pueden utilizarse para recabar información sobre los niveles de ruido en el entorno y el riesgo de pérdida auditiva.

Prestar atención a las señales de advertencia de pérdida de audición

Las personas que sospechen que padecen pérdida auditiva deberían acudir a un profesional especializado en salud auditiva en caso de acúfenos o dificultad para oír sonidos agudos, como el timbre de la puerta, el teléfono o el despertador; para entender el habla, sobre todo por teléfono; o para seguir conversaciones en ambientes ruidosos, como restaurantes u otros lugares donde se celebren reuniones sociales.

Hacerse revisiones auditivas periódicas

Ello puede ayudar a detectar la aparición de la pérdida de audición en una etapa inicial. A las poblaciones de alto riesgo, como los adolescentes y los jóvenes, se les debería informar al respecto y se les debería alentar a hacerse revisiones auditivas periódicas. A tal fin, convendría que los colegios, los lugares de trabajo y las comunidades brindasen oportunidades para hacerse revisiones auditivas.

¿Qué pueden hacer los padres?

Los padres tienen que desempeñar un papel activo educando a sus hijos para que adopten prácticas auditivas responsables y seguras y vigilando su exposición al ruido fuerte; también tienen que dar ejemplo a sus hijos adoptando ellos mismos hábitos auditivos responsables y seguros.

¿Qué pueden hacer los profesores?

Los niños y los adolescentes deben recibir información acerca de los posibles peligros de la exposición a ruidos fuertes por el uso inadecuado de dispositivos de audio personales, y se les tiene que alentar a desarrollar hábitos auditivos responsables y seguros. Esta información debería incluirse en los planes de estudio de la formación sanitaria y proporcionarse en las clases de música y baile.

Información extraída de fiapas

Día Internacional de las Personas Sordas

Ayer, 30 de septiembre, fue el Día Internacional de las Personas Sordas. En este día, los colectivos asociados nos centramos en visibilizar la realidad de las personas con pérdida auditiva, así como las necesidades que hoy se presentan.

Este año FIAPAS ha querido realizar un manifiesto bajo el lema «JUNTOS, PODEMOS HACER MUCHO».

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Conferencia Inaugural – Máster de Intervención e Innovación Educativa

 

El lunes 1 de octubre en horario de 16:00 a 18:00, Isabel Olleta participará en la Conferencia Inaugural del Máster de Intervención e Innovación Educativa de la Universidad de La Rioja. En tema de la conferencia será «Audición: influencia en el desarrollo del lenguaje y procesos de aprendizaje».

 

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El papel de los padres en los miedos de sus hijos

 

La actitud de los padres ante los miedos de sus hijos es uno de los múltiples factores que los producen o mantienen. En este sentido, la familia juega un rol especialmente relevante como modelo y guía de la gestión emocional.

Diversos estudios, como el realizado por Fredikson, Annas y Wik (1997), han evidenciado que tanto los miedos como las fobias tienden a darse más en unas familias que en otras. Pero, ¿por qué sucede esto? Son varios los factores que entran en la ecuación cuando buscamos una explicación. Podemos decir que tanto la transmisión genética como la influencia ambiental, marcando ciertas pautas de aprendizaje, son vías por las que los padres juegan un papel importante frente a los miedos de sus hijos. Profundicemos a continuación.

¿Cómo influyen los padres en los miedos de sus hijos?

Al parecer, la mejor manera de explicar la influencia de los padres en los miedos de sus hijos se fundamenta en la teoría de las tres vías de la adquisición del miedo (Rachman, 1977). Veamos cuáles son esas tres vías:

*Aprendizaje vicario o por observación: si un niño observa o presencia un miedo expresado por los padres o personas cercanas, puede imitar o modelar estas respuestas cuando se enfrente a situaciones similares (por ejemplo, si una madre siempre se aparta de los perros por miedo, probablemente sus hijos tiendan a realizar la misma conducta).

Hay estudios que determinan que pueden adquirirse miedos subclínicos o de intensidad más leve a través de este proceso. En el caso de los miedos más intensos o las fobias, por ética no ha podido estudiarse con humanos, pero sí que se ha evidenciado al observar las reacciones animales ante ciertos elementos.

*Transmisión de información negativa: la influencia basada en el aprendizaje por observación es reforzada por la transmisión de información negativa sobre el objeto de miedo o fóbico. Por ejemplo, la madre que se aparta de los perros puede expresar verbalmente el miedo, qué le ha llevado a tener miedo, a qué perros teme más, etc. Así, al niño le llega información negativa a través de conversaciones, historias o juegos, aspecto que determina de manera complementaria su reacción ante algo.

Asimismo, los niños también aprenden a reaccionar y pueden incluir en su repertorio conductual estrategias de afrontamiento inadecuadas, como la evitación (por ejemplo, el niño observa que el malestar de su madre se reduce cuando se aleja de la fuente del temor).

figura femenina que se desvanece simbolizando el abandono emocional en la pareja*Instrucciones de los padres: como hemos destacado, los niños también aprenden a reaccionar y pueden implementar en su repertorio conductual estrategias de afrontamiento inadecuadas como la evitaciónLos padres ofrecen pautas o instrucciones que guían a los niños en sus estrategias de afrontamiento y refuerzan el hecho de que se pongan en práctica. Este fenómeno de incremento familiar de este tipo de respuestas se denomina “efecto miedo”.

Los padres, además, responden a las manifestaciones de miedo a la oscuridad, a los perros, a la separación, al colegio, etc., con afecto, ira o calma. Por su parte, el niño aprende que los padres muestran atención y preocupación ante sus temores, por lo que se refuerza la conducta y cada vez se manifiesta con mayor intensidad y frecuencia.

En definitiva, los padres y otras personas de referencia refuerzan el miedo y la evitación mediante mecanismos asociativos indirectos. Además, según muestran otros estudios apuntados por Valiente, Sandín y Chorot (2003), la influencia de la figura materna deja, por norma general, mayor huella en el origen y mantenimiento del miedo.

Como vemos, el papel de los padres en los miedos de sus hijos es especialmente relevante. Por ello, es esencial que cuidemos y analicemos tanto los temores propios como los de los niños y de qué manera estamos tratándolos.

Fuentes bibliográficas:

Fredikson, M., Annas, P., y Wik, G. (1997). Parental history, aversive exposure and the development of snake and spider phobia in women. Behaviour Research and Therapy, 35, 23-28.

Rachman, S. (1977). The conditioning theory of fear acquisition: A critical examination. Behaviour Research and Therapy, 15, 375-387.

Valiente, R., Sandín, B. & Chorot, P. (2003). Miedos en la infancia y en la adolescencia. Librería UNED, Madrid.

Artículo escrito por Raquel Aldana para lamenteesmaravillosa.com

El abordaje de la conciencia fonológica, clave en el tratamiento de la dislexia

Hace menos de un año, en octubre de 2017, se presentaba a la sociedad burgalesa la Asociación Dislexia Burgos y DEAS con el objetivo de facilitar el día a día de las personas con este trastorno neurobiológico crónico que afecta aproximadamente a un 10% de la población o con dificultades específicas de aprendizaje y de sus familias en el ámbito de Burgos y su provincia.

Desde ese momento, la actividad de la entidad se ha incrementado al igual que su visibilidad y el número de socios. «Actualmente contamos con 31 familias asociadas, una cifra muy buena y con la que estamos tremendamente satisfechos con menos de un año de recorrido de la asociación», explica Silvia González, presidenta de la entidad.

Precisamente una de las acciones con mayor repercusión para la asociación, socios, personas con dislexia y profesionales fue el curso de verano organizado por la Universidad de Burgos junto a la entidad, ‘¿Qué hay detrás del fracaso escolar? Visibilizando la dislexia’, que tuvo como objetivo conocer los avances científicos en la detección y tratamiento de la dislexia, difundir buenas prácticas en la detección y atención temprana, abordar nuevos métodos de intervención, debatir sobre el papel de la comunidad educativa y el desarrollo de metodologías docentes inclusivas.

Entre los ponentes, el logopeda y profesor de la Universidad Especializada de las Américas y de las Universidad Católica Santa María la Antigua en Panamá, Daniel Cubilla- de ascendencia burgalesa y con más de 17 años de experiencia trabajando con niños y adolescentes con dislexia- desarrolló una de las ponencias más interesantes, ‘Intervención logopédica en la Dislexia’.

El tratamiento de la dislexia «se aborda especialmente desde la logopedia, pero no debemos olvidar que el trabajo con personas con este trastorno debe ser integral», apunta Cubilla. Señala como «clave» en ese proceso el abordaje de la conciencia fonológica, que permite a la personas «saber qué es cada sonido y desde dónde se produce».

El hecho de que el sistema de aprendizaje español se centre en la lectura y la escritura «supone que desde que los niños empiezan a aprender a leer- entre 3º de Infantil y 1º de Primaria- lo que a sus ojos les hará ser un buen alumno, un buen chico, es leer y sobre todo hacerlo rápido».

Una meta que no van a conseguir los niños con dislexia a quienes «a la fuerza les va a ocasionar un conflicto interno, sintiendo que no valen o que son tontos, hasta que alguien les explique que no es así».

Esa situación conlleva «sufrimiento para los pequeños» y es que «incluso en detecciones precoces nos hemos dado cuenta que ya lo habían sentido, para ellos ‘leer es sufrir’», señala el experto. De ahí la importancia de un buen abordaje previo de la conciencia fonémica. «Deben aprender bien a identificar los sonidos que contiene el lenguaje oral antes de leer, los estudios confirman que los niños que llegan a la lectura sin haber cerrado su conciencia fonémica tienden a fracasar en la lectura».

En esa línea se mueven las nuevas vías de diagnóstico y tratamiento precoz. «Se trata de evaluar esa conciencia fonológica, cómo se cortan las palabras en sílabas y sonidos, cómo identifican e imaginan esos sonidos para intuir si tendrán problemas para afrontar la lectura», apunta Cubilla y hace hincapié en que «la relación entre la falta de conciencia fonológica y los trastornos de la lectura es directa y aunque no es el único ingrediente es uno de los principales».

Esta teorías «quedan demostradas con el éxito de otros sistemas donde el aprendizaje de la lectura se produce más tarde, tienen más éxito, como es el caso de los países nórdicos». Esos niños «son más maduros y ya se ha trabajado con ellos en los denominados prerrequisitos- conciencia fonológica, capacidades de orientación y de segmentación del lenguaje-, que les preparan para la lectura».

En la intervención de la dislexia, el experto señala tres aspectos clave. «Mejorar la conciencia fonológica y la memoria de trabajo secuencial y desarrollar el nombramiento automatizado rápido (RAN), que les permitirá acceder de manera rápida a una palabra que conocen bien». Tres áreas «en las que hay que incidir y en las que trabajar a lo largo del tratamiento».

Condicionar la vida

Sin duda la dislexia condiciona la vida de una persona adulta y en el caso de los más pequeños «explica hasta el 40% de los casos de fracaso escolar en España», de ahí que «si un niño con dislexia logra terminar la Primaria con una lectura fluida, en el futuro será un adulto mucho más integrado».

En este aspecto, Cubilla hace hincapié en que actualmente existe una brecha en el diagnóstico y es que «hay niños que se diagnostican como disléxicos y no lo son, otros que pasan desapercibidos o por vagos y a otros que se les valora como posibles disléxicos». De ahí que «sea fundamental que si en una evaluación temprana ‘apunta maneras’ se trabaje con él de forma individualizada y se estimulen determinadas condiciones».

Acabar con la brecha de diagnóstico se torna clave y para ello «debemos apostar por un cribado previo y una estimulación preventiva», una táctica que según Cubilla «puede resultar polémica a nivel sanitario, pero que nos permite ayudar mucho a posibles niños con dislexia».

Así, para tratar de evitar el fracaso, el objetivo es trabajar con ellos antes de llegar a la lectoescritura, antes de los cuatro años. «En esa edad podemos ser capaces de detectar si un niño tiene riesgo de padecer trastornos de la lectoescritura, se puede desarrollar un perfil fonológico y sabemos que métodos y herramientas usar con ellos».

Las primeras señales de alarma «pueden empezar a vislumbrase en esa edad», comenta el experto y van desde «no entender una rima, no ser capaces de jugar al ‘veo veo’ o de separar las sílabas con una palmada». De ahí que «la conciencia fonológica sea un muy buen predictor de futuros trastornos de la lectura». En este sentido, los padres juegan un papel fundamental como observadores, «más que los docentes que tienen que trabajar a la vez con una veintena de niños».

A los padres, Cubilla les recomienda «motivar a los niños y sobre todo acompañarles a su ritmo porque si a un niño se le pide que haga algo para lo que aún no está preparado solo lograremos generar en él frustración».

Fuente: DiarioBurgos

El 40% de los españoles que sufre pérdida auditiva tarda una media de entre uno y cinco años en acudir al médico

La pérdida auditiva se ha convertido, en los últimos años, en una de las principales preocupaciones en el ámbito de la salud. Según datos de la OMS, en el mundo hay más de 400 millones de personas que sufren algún tipo de pérdida de audición, poniendo de relieve el aumento de casos en los que, de manera temprana, comienzan a sentirse los síntomas de una menor capacidad auditiva.

En este escenario se llevan a cabo también diversos estudios que pretenden arrojar luz acerca de las repercusiones que a largo plazo tiene una menor capacidad de escucha. Entre los más recientes destaca el publicado por The Lancet, que explica que el deterioro cognitivo es una de las principales causas de desarrollo de demencia en la tercera edad.

Sin embargo, pese a que los estudios son cada vez más concluyentes en cuanto a que la protección de la salud auditiva es, a la vez, protección para el resto del organismo y en especial del cerebro, lo cierto es que los ciudadanos aún olvidan cuidar sus oídos igual que hacen con otros sentidos, por ejemplo, con la vista. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado un reciente análisis elaborado por Oticon, empresa especializada en audiología, que ha querido conocer un poco más sobre los hábitos de los españoles y su relación con el cuidado de los oídos.

Según datos de la compañía, el 69% de los españoles conoce a alguien con problemas auditivos, demostrando el dato avalado por la OMS de que se trata de un problema en expansión. Del total de personas con déficit auditivo, los encuestados aseguran que el 62% lleva audífono y afirman que este ha ayudado al 95% a mejorar su relación con el entorno.

Además, el 39% reconoce que estas personas llegaron a sufrir aislamiento antes del empleo de audífonos, y es que una de las principales consecuencias de la pérdida auditiva es que las personas que la padecen, debido al elevado esfuerzo que tienen que realizar para comprender el mensaje con propiedad, optan por evitar las reuniones sociales o los lugares con mucha afluencia.

Continuando con la información, cabe destacar que de estas personas que han optado por el uso de audífonos, el 67% se vio animado a hacerlo por alguien de su entorno, mientras que solo el 33% lo hizo por iniciativa propia. A pesar de que familiares y amigos suelen apoyar al paciente, lo cierto es que aún se tarda en acudir al especialista en busca de ayuda, ya que el 40% dejó pasar entre uno y cinco años hasta que decidió ponerle remedio a su pérdida de audición, y un 30% más de cinco años.

En este caso se observa una clara diferencia respecto, por ejemplo, al uso de gafas, ya que una persona con problemas de visión suele tardar en acudir al médico menos de la mitad del tiempo que se tarda cuando se experimentan problemas auditivos.

Hábitos perjudiciales para el oído

Oticon ha centrado su atención también en las rutinas que pueden afectar a la audición, por lo que ha consultado acerca del volumen empleado a la hora de escuchar música o ver la televisión. En este sentido, solo el 30% de las personas reconoce que emplea un volumen elevado, y el 87% de ellos afirma saber que se trata de una práctica perjudicial para su salud.

Continuando con el volumen, llama la atención que solo el 4% emplee tapones o protectores cuando acude a conciertos, festivales o eventos con ruido elevado, aunque sí está un poco más extendido el uso de tapones en la piscina o playa (6%). “Este dato es especialmente significativo, ya que una de las primeras recomendaciones que hacemos cuando se acude a eventos donde prevemos exceso de decibelios es precisamente el uso de protectores, ya que ayudan a amortiguar el efecto sobre el tímpano.

De hecho, cada vez se están detectando más casos de problemas auditivos en jóvenes debido a este tipo de actividades, que se pueden disfrutar igual con tapones o protectores”, explica José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon España.

Pese a esta falta de protección auditiva, el 51% asegura que nunca ha sufrido ningún problema en sus oídos, frente el 34% que reconoce haber padecido otitis, y el 11% que en alguna ocasión ha sentido pitidos.

“Este análisis arroja luz acerca de la situación actual de la sociedad, ya que, aunque aún no existe una gran concienciación en relación a los hábitos recomendados para garantizar una mejor salud auditiva, lo cierto es que el 86% de las personas que actualmente no padecen ningún problema auditivo irían al médico ante los primeros síntomas de pérdida de audición. Y lo que es mejor, el 90% usaría audífonos si tuviera un problema real”, concluye José Luis Blanco.

Fuente: Discapnet

Vivir con un horrible pitido constante

«Nunca he oído en silencio». Con esta demoledora frase, la periodista Carme Chaparro ilustra el drama que sufre desde que tiene uso de razón, un silbido constante en el oído. El tinnitus es una enfermedad que poca gente conoce. Sin embargo, ahí está, invisible, pero sonora, avanzando de forma sibilina.

Actualmente, se estima que el 5% de la población mundial lo padece y se espera que la cifra aumente en poco tiempo. Es decir, en unos años más de 400 millones de personas nunca más volverán a oír el silencio.

«El tinnitus es un sonido percibido en uno o en los dos oídos que no tiene una fuente exterior que sea su origen». Ésas son las palabras de Josep Boronat, presidente de la Asociación de Personas Afectadas por Tinnitus (APAT).

Si bien la definición parece sencilla, su origen se dibuja más difuso: «Las causas más comunes son la pérdida de audición por la edad, estar sometido continuamente a ruidos intensostraumatismos, fármacos ototóxicos -medicamentos con efectos secundarios para el sistema auditivo-, otitis mal curadas, problemas cervicales, estrés, etc».

Con causas más o menos definidas, los acúfenos -nombre popular de la enfermedad- tienen una consecuencia clara: «Pérdida de calidad de vida», algo que explica Boronat y que corroboran los testimonios de quienes la padecen: «Nadie se hace a la idea de lo agobiante que es vivir con un zumbido constante en el oído.

Al principio piensas que se lo ha inventado tu cerebro, pero existe y es algo que sólo escuchas tú», explica para ZEN un aquejado.

Por desgracia, a veces los pitidos no vienen solos, sino como parte de una dolencia más severa, el Síndrome de Ménière, una «enfermedad degenerativa que afecta al oído interno y cuyo origen es completamente desconocido», según declara el presidente de la Asociación Síndrome de Ménière España (ASMES), Roberto Calderón.

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Enfermedades invisibles

La hipoacusia -pérdida de audición- y los vértigos son los otros dos componentes que conforman el cuadro clínico de Ménière. Estos se pueden dar en mayor o menor intensidad, pero el camino es el mismo, una carrera sin frenos hacia la sordera.

Calderón explica así el comienzo de su batalla: «Empecé a notar unas molestias en el oído. Al principio pensé que era otitis, pero después de seis meses me dio la primera crisis de vértigos, en pleno trabajo. Ahora tengo un 90% de pérdida de audición en un oído y un 60% en otro».

Los vahídos suelen ser el mayor miedo de este trastorno. Se presentan en cualquier momento y lugar y, además, pueden dejar a la persona sin percepción alguna de equilibrio, como le ocurrió a Marta Peón: «Un vértigo me postró en una silla de ruedas durante cuatro meses.

Después de eso tuve que empezar de cero mi vida, aprender a andar, a vestirme, a sentarme, a levantarme…». Las consecuencias físicas no son las únicas con las que hay que batallar. Las psicológicas, como ansiedad, insomnio y depresión, son el otro frente.

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De momento, no existe un tratamiento universal, aunque hay métodos para mitigar la situación: «Para calmar el Ménière se suele administrar medicación paliativa, inyectar corticoides o recurrir a métodos más agresivos, como la operación», explica Calderón, que vislumbra esperanza en una investigación estadounidense que trabaja con unos implantes vestibulares para devolver el equilibrio a la persona: «Si funcionase, por ejemplo, podría volver a correr», comenta emocionado. Parece un sueño bastante sencillo. El de Marta es volver a viajar y el de otros, simplemente, dormir.

Los aquejados de tinnitus están en la misma situación de incertidumbre, aunque un nuevo horizonte se abre ante ellos. Una investigación publicada el pasado 3 de enero en la revista ‘Science Translational Medicine’ informa sobre un tratamiento experimental que ha logrado acabar con los pitidos del 20% de los participantes y que redujo los del 80% restante.

El método consiste en una intervención por estimulación que alterna sonidos breves con pulsos en el cuello y la mejilla. A pesar de las buenas noticias, hay que seguir trabajando, entre otras cosas, para dar a estas enfermedades la importancia que merecen. «En general, las instituciones no reconocen estos síndromes. Existen pocas clínicas públicas que los traten», explica conciso Boronet.

A la espera de una cura, el mejor tratamiento que existe es la fuerza interior: «La etapa fundamental es aceptarlo, reinventarte. Esto no es mortal, mira la positivo y sigue adelante», termina Roberto Calderón.

Artículo escrito en elmundo.es