De todos es sabido que a lo largo de nuestra vida el tipo de alimentación y la dieta que seguimos va evolucionando en función de nuestras necesidades. Desde el momento que el niño nace y acude por primera vez a la consulta de pediatría, el profesional encargado de hacer sus seguimientos va dando pautas a los padres del tipo de alimentación que dicho niño debe seguir y los cambios que hay que ir introduciendo en la dieta.
Es alrededor del año de edad, incluso un poco antes, cuando debemos empezar a incorporar alimentos sólidos. Pero, ¿qué puede pasar cuando, por diferentes causas, no hacemos la transición a la alimentación adulta en el momento adecuado? ¿está esto relacionado con el desarrollo del lenguaje?
Tenemos que tener en cuenta que la musculatura que utilizamos para masticar es la misma que utilizamos para hablar. La mejor manera de ejercitar y fortalecer esa musculatura y aprender a coordinar todos sus movimientos es llevar a cabo el acto de masticación. Además, nuestros dientes van evolucionando y cambiando en función de las necesidades del momento, por lo que el proceso de alimentación influye directamente en el correcto desarrollo de la dentición.
En el momento del nacimiento, incluso antes de éste con aparición de primeros reflejos como el de succión, los órganos encargados de la alimentación y el habla empiezan a trabajar y desarrollarse para alcanzar un punto óptico de fuerza y precisión.
A medida que vamos introduciendo nuevas texturas los músculos tienen que ir adaptándose a las mismas y ejerciendo fuerzas diferentes para conseguir formar el bolo alimenticio y superar el proceso sin problemas.
Desde el punto de vista logopédico, cuando se nos presenta un niño con dificultades para la articulación de algunos sonidos o con una expresión oral ininteligible, debemos recoger información acerca del tipo de alimentos que el niño ingiere (líquidos, semisólidos o sólidos), así como de las texturas de los mismos (espesos, con “grumitos”, le gustan o no las texturas suaves tipo macarrones…). A partir de ahí podemos iniciar el trabajo con el niño y con la familia.
Es importante distinguir entre los niños que presentan un problema sensorial con las texturas (en cuyo caso el tratamiento irá dedicado a minimizar esa hipersensibilidad oral y paralelamente hacer un trabajo de lenguaje) y los niños que únicamente son selectivos con las comidas y no tienen dificultades reales (no comen pollo o verdura pero son capaces de comer chocolate, chucherías y patatas fritas), en cuyo caso además del trabajo logopédico habrá que realizar un trabajo de modificación de las conductas alimenticias.
¿Qué podemos hacer en casa?
-Es importante seguir en todo momento las indicaciones del pediatra en cuanto a alimentación.
-No retrasar la retirada del biberón (aproximadamente al año) y el chupete (entre los dos y los dos años y medio).
-Dejar que el niño utilice vasos antivuelco para leche, agua y demás líquidos.
-Cuando estemos en la fase de alimentación con cuchara, no insistir en ser nosotros los que limpien los restos de alimentos de los labios del niño, sino facilitar que sea él mismo, con su lengua, el que haga los barridos para retirar dichos restos.
-Ofrecer bebidas con pajitas, ya que éstas obligan a mantener los labios cerrados y con un tono adecuado.
-Es preferible presentar los alimentos sólidos cortados en tiras, ya que de esta forma obligamos al niño a desmenuzar con sus dientes dichas tiras antes de poder tragarlas, cosa que no hacemos si los alimentos se presentan en trocitos muy pequeños.
-Adaptarnos al ritmo del niño y no enfadarnos ni regañarle en caso de que el tiempo de la comida se alargue más de lo esperado.
Que el proceso de la alimentación sea natural no quiere decir que sea fácil. Por ello es recomendable acudir a un especialista en caso de que aparezcan dificultades de cualquier tipo a lo largo de su desarrollo.
—
Artículo escrito por Mónica Sanz (logopeda y coordinadora del Centro Isabel Olleta)
Isabel Olleta
¿Qué ocurre si no utilizo audífonos? Efectos de la deprivación auditiva
Os acercamos un fantástico artículo de Auris Scientia sobre la deprivación auditiva.
“¡Se va a quedar usted sordo!” escuché a una vendedora de audífonos decir una vez a un paciente que dudaba sobre si ponerse audífonos o no. Dejando al margen la discusión sobre la agresividad comercial de esta afirmación, es cierto que la posibilidad de perder más audición se valora a la hora de decidir si utilizar audífonos o no.
Los pacientes preguntan sobre ello y lo tienen en cuenta para tomar la decisión. Por su lado, los audiólogos intentan asesorar al paciente sobre los beneficios del uso de audífonos y los riesgos potenciales de no hacerlo.
Pero, ¿qué ocurre realmente si una persona con pérdida de audición no utiliza audífonos? ¿Realmente se acelera la progresión su pérdida auditiva? Si entendemos como progresión el empeoramiento de los umbrales auditivos, técnicamente la respuesta es no.
Existen estudios que han mostrado que la progresión de la severidad de la hipoacusia no se acelera ni frena por el hecho de utilizar o no audífonos (Silman, S., Gelfand, S., & Silverman, C.A., 1984; Gelfand, S.A., Silman, S., Ross, L., 1987). Sin embargo, si nos fijamos en la capacidad del sistema auditivo para procesar el sonido, la deprivación auditiva (reducción total o parcial de estimulación auditiva) sí podría tener un efecto perjudicial.
Numerosos estudios han indicado que la deprivación auditiva podría provocar un empeoramiento de los porcentajes de reconocimiento verbal (Silman, et al. 1984; Gelfand, et al. 1987; Hurley, 1999). No obstante, estos estudios deben ser interpretados con cautela debido a la baja sensibilidad de la logoaudiometría para detectar cambios en la capacidad de reconocimiento verbal del paciente.
“Existen evidencias que indican que solo tres meses de deprivación auditiva bastarían para que se produjera una reorganización del córtex auditivo”.
En un estudio de 2009 sobre los efectos de la exposición al ruido, Kujawa y Silverman demostraron que se puede dañar el sistema auditivo mediante la exposición a ruido sin que se produzcan cambios en el audiograma, y que estos cambios pueden reducir, por ejemplo, la capacidad de reconocimiento verbal en ruido.
¿Podría la deprivación auditiva provocar un efecto similar? Numerosos estudios han demostrado que la falta de estimulación auditiva puede provocar reclutamiento de áreas del córtex auditivo por parte del córtex visual (e.g. Campbell and Sharma, 2016).
Este fenómeno, conocido como reorganización funcional, ha generado mucho interés por sus efectos en niños y adultos con hipoacusia profunda. Sin embargo, la reorganización funcional también puede ocurrir en adultos con hipoacusia leve y moderada.
Campbell y Sharma (2014) estudiaron los efectos de la deprivación auditiva en adultos que no utilizaban audífonos y tenían umbrales auditivos que oscilaban entre hipoacusia leve y moderada. Todos los participantes mostraron evidencia de reorganización funcional, además de una correlación entre los efectos de la reorganización funcional y peores resultados de reconocimiento verbal en ruido.
Actualmente no está claro cuánto tiempo ha de transcurrir en humanos desde la aparición de la hipoacusia para que se produzca una reorganización funcional del córtex auditivo (Glick y Sharma, 2017), aunque existen evidencias que indican que solo tres meses de deprivación auditiva bastarían para que se produjera una reorganización del córtex auditivo (Campbell y Sharma, 2014).
En conclusión, los estudios publicados hasta la fecha no indican que los efectos de la deprivación auditiva provoquen un empeoramiento de los umbrales tonales. Sin embargo, déficits en la estimulación auditiva podrían provocar reorganización funcional donde las áreas auditivas son reclutadas por estímulos visuales y/o sensoriales, independientemente del grado de hipoacusia y de la edad del sujeto.
Parece que este fenómeno sí empeora la función del sistema auditivo, especialmente la habilidad de reconocimiento verbal en silencio y en ruido.
Actualmente no existen en la práctica clínica indicadores que permitan predecir el resultado de la intervención audiológica en adultos sometidos a deprivación auditiva (Glick y Sharma, 2017). No obstante, la adaptación temprana de audífonos evitaría la deprivación auditiva y, por tanto, los efectos perjudiciales de que ésta tiene en la organización funcional del córtex auditivo.
Referencias
Campbell, J., Sharma, A., 2014. Cross-modal re-organization in adults with early stage hearing loss. PLoS One 9, e90594.
Campbell, J., Sharma, A., 2016. Visual cross-modal re-organization in children with cochlear implants. PLoS One 11, e0147793.
Dalzell, L.E., Merle, K.S., y Dalzell, S.M. 1992. Speech recognition decline for monaural hearing aid users: Aided versus unaided ears. Paper presented at the Meeting of the American Speech-Language- Hearing Association, San Antonio, TX.
Gelfand, S.A., Silman, S., Ross, L. 1987. Long-term effects of monaural, binaural, and no amplification in subjects with bilateral hearing loss. Scandinavian Audiology, 16, 201-207.
Glick, H., & Sharma, A. (2017). Cross-modal plasticity in developmental and age-related hearing loss: Clinical implications. Hearing Research,343, 191-201.
Hurley, R.M. (1999). Onset of auditory deprivation. Journal of the American Academy of Audiology, 10(10), 529-534.
Kujawa, S.G., Liberman, M.C., 2009. Adding insult to injury: cochlear nerve degeneration after “temporary” noise-induced hearing loss. J. Neuro- sci. 29, 14077-14085.
Palmer, C.V., Nelson, C.T., y Lindley, G.A. 1998. The functionally and physiologically adult auditory system. Journal of the Acoustical Society of America, 103(4), 1705-1721.
Sharma, A., Glick, H., Campbell, J., 2016. Cortical plasticity and reorganization in pediatric single-sided deafness pre-and postcochlear implantation: a case study. Otol. Neurotol. 37, e26-e34.
Silman, S., Gelfand, S., y Silverman, C.A. 1984. Late-onset auditory deprivation: Effects of monaural versus binaural hearing aids. Journal of the Acoustical Society of America, 76(5), 1357-1362.
Isabel Olleta
PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “Atención Temprana del niño con déficit auditivo de 0 a 6 años: cómo asesorar e informar a la familia en todo su desarrollo”
Isabel Olleta
«Todos me decían: ‘No te preocupes, ya hablará’»
A Lucía le costó empezar a hablar, y las pocas palabras que pronunciaba eran ininteligibles. «Hasta para mí, que soy su madre. Ahora tengo otras dos niñas pequeñas y mucha gente no las entiende, pero yo sí. Pues a Lucía ni yo».
A veces, Zuriñe Lasa sabía que su hija mayor le estaba pidiendo el bocadillo, pero esa no era la palabra que salía de la boca de la niña. «Cuando tenía tres años fuimos al logopeda pensando que tenía un retraso en la adquisición del lenguaje».
Aunque todos los mensajes que recibía eran tranquilizadores. «La gente te dice, hasta el pediatra, ‘no te preocupes, ya hablará’». O el socorrido «cada niño tiene su ritmo». Y le contaban anécdotas, como el hijo de fulanita, «que hasta los seis años no decía una palabra y ¡mira ahora!».
Pero la inquietud se convirtió en verdadera preocupación cuando Pablo, a quien Lucía lleva tres años, empezó a hablar «y lo hacía mejor que su hermana. Es realmente cuando te empiezas a mover y decir: aquí pasa algo».
Lo que pasa es que Lucía tiene TEL, Trastorno Específico del Lenguaje. Este desorden se define como la dificultad para la adquisición y desarrollo del lenguaje que no está justificada por ninguna otra causa como un déficit intelectual, neurológico, sensorial o emocional, ni por un trastorno generalizado del desarrollo.
Se dice que son extranjeros en su propio idioma. Zuriñe, como la inmensa mayoría de los ciudadanos, tampoco sabía lo que era el TEL hasta hace no tanto. Lo que sí veía es que su primogénita tenía muy poca intención comunicativa, «no tenía ganas de hablar». Así que como otros niños en su situación, desarrolló la comunicación no verbal. «Señalaba las cosas, se hacía entender con gestos». Y le gustaba estar sola.
Aspectos a los que no dio tanta importancia hasta que empezó a crecer «y ves que se empieza a frustrar. Era una niña enfadada». Zuriñe, que vive en Donostia, reconoce que como madre es «muy frustrante» el hecho de que no veas a una niña feliz. «Siempre estaba enfadada. No tenías claro el porqué, pero igual podía estar dos horas enfadada».
Además de al logopeda, también fueron a la consulta de un psicomotricista, «que dijo que no había ningún problema psicológico, que era una niña que expresaba bien sus emociones. Ahí me quedé sin saber qué hacer». También consultaron con un otorrino, «porque a veces le llamabas y no respondía».
¿Y si no oía? Oía perfectamente. Y mientras tanto, «el pediatra me decía que todo era normal», y en el colegio le hablaban de una niña «muy tímida y con qué carácter, porque a veces no le da la gana de hacer las cosas».
El punto de inflexión llegó con el diagnóstico. Lucía tenía cinco años y medio y Zuriñe estaba realmente preocupaba. Tras mucho insistir, «porque de entrada dijo que no», el pediatra derivó a la niña a una neuróloga. «Fue la primera persona que nos dijo que podía ser TEL».
Casualmente, esas mismas fechas una cuñada escuchó una entrevista radiofónica con el experto Gerardo Aguado. Estaba describiendo a su sobrina. Así que fueron a la consulta de Pamplona de este psicólogo y logopeda que, tras unos test, corroboró el prediagnóstico. Lucía tiene TEL. «Te hunde en la miseria, porque quieres escuchar que tiene un inicio tardío en la adquisición del lenguaje, que es algo que se corrige. El TEL es para toda la vida».
Un trastorno que nada tiene que ver con un déficit de inteligencia, que en estas personas es normal. «Lo único que tienen es la dificultad en la adquisición y desarrollo del lenguaje». Lo único y nada más y nada menos. «Incluso cuando te lo explican no lo entiendes». Zuriñe ha comprendido este trastorno a base de «leer y leer» y, sobre todo, tras compartir su experiencia con otras madres de TEL- Euskadi (946526027 ó tel-euskadi@gmx.com). «La asociación me dio la vida», confiesa.
Con adivinanzas
Zuriñe explica que con estos niños es preciso comunicarse «más allá de las palabras, porque sus palabras dicen unas cosas y ellos quieren decir otras. Por ejemplo, Lucía quiere decirte ‘cuchara’, pero en ese momento no encuentra la palabra y entonces te dice ‘para comer sopa’». Busca otro camino.
«Es como jugar todo el rato a las adivinanzas, porque no dicen las palabras que esperas escuchar». Por ello suelen ser de «difícil trato», porque cuando estás con ella «tienes que tener los cinco sentidos activados».
Los niños con TEL suelen responder a preguntas cerradas, pero en cambio es difícil conversar con ellos si se les hacen preguntas como «¿qué has hecho en el cole?». Tampoco suelen comprender chistes , metáforas o dobles sentidos. «Entienden la literalidad». Zuriñe pone un ejemplo. Están en casa de los abuelos y en el suelo hay un boli que ha traído Lucía en la mochila. La abuela pregunta de quién es el boli.
– Mío no -responde la niña.
– Pero cómo que no es tuyo, si lo has traído tú -le contesta Zuriñe.
– Ama, pero es tuyo. La amona ha preguntado de quién es.
Todo esto suele incidir en sus habilidades sociales, que no son su fuerte. «Son niños que, en general, no son muy valorados en el grupo, porque no tienen buena comunicación. Ella va por la calle, un niño de su clase se pone a su lado y ella no entiende que ese niño quiere hablar con ella. Lo mira como diciendo ¿qué haces aquí? Y sigue para adelante». Entonces, su madre le tiene que explicar que si alguien se pone a su lado es porque quiere jugar, hablar con ella…
Obviamente, el TEL tiene unas enormes repercusiones en los estudios. Se estima que hasta el 75% puede sufrir fracaso escolar. Para ellos, la lecto-escritura es el principal caballo de batalla. «Si no hablan bien, ¿cómo van a aprender a leer y escribir?».
Los padres suelen lamentar que estos niños estén «encajonados en un plan de estudios que no está preparado para ellos. No pueden aprender al ritmo del resto de los niños. Es como ir corriendo detrás de un autobús, llegar a la parada y que se te escape. Tienes que correr a la siguiente, llegas y se te vuelve a escapar, pero no puedes dejar de correr», describe Zuriñe.
En su caso, corren y corren. Además del trabajo de logopedia, «Lucía tiene una andereño que viene a casa todos los días después del cole para reforzar todo lo que hace en clase, porque la hora diaria de profesora de apoyo en el cole es insuficiente». Por ahora, y gracias a todo el trabajo extra, Lucía ha conseguido pasar de curso, algo que, no obstante, está siendo complicado.
«El año pasado, por ejemplo, al acabar primero de Primaria no sabía ni leer ni escribir y sumaba y restaba con dificultad. A base de trabajar todo el verano, con un descanso de solo quince días, hemos conseguido que empiece el cole leyendo y escribiendo. Pero en cuanto sus compañeros entren en la rueda, se le van a escapar. No sé si es este o será el siguiente cuando tenga que repetir, pero nunca, aún dando el 200%, va a llegar al ritmo de sus compañeros. Es muy complicado», asume Zuriñe.
Lucía también trabaja la parte psicológica. «Tiene que aprender a empatizar, a entender los sentimientos, porque eso no viene adquirido. Los niños pequeños son como esponjas, pero estos no, no aprenden porque sí, tienes que enseñárselo todo», explica su madre.
Lo mejor, añade, es que con trabajo y con esfuerzo estos niños van avanzando. A su ritmo. Hoy es el día en que Lucía va encantada al colegio y tiene ganas de contar sus cosas. «Lo hará a su manera y tendrás que jugar a las adivinanzas. A veces no le entenderás y se enfadará, pero quiere contarte cosas. Y eso antes no pasaba», cuenta su madre con una sonrisa.
Y sus habilidades sociales han mejorado. «Siempre ha sido una niña huraña, no quería estar con nadie y ahora es mucho más abierta, ha mejorado un montón. Está contenta, porque todo lo que le rodea ha mejorado». Zuriñe no duda de que el diagnóstico ha sido fundamental.
«Creo que antes yo también estaba frustrada y tras el diagnóstico he entendido lo que pasa. Ha cambiado mi actitud, la de la familia, le apoyamos mucho más de la manera que ella necesita, le entendemos mejor. Su intención comunicativa desde el diagnóstico ha dado un vuelco tremendo.
Ahora disfruta, antes era muy difícil porque no entendías lo que pasaba», subraya. Por eso lamenta tanto no haber sabido antes del TEL, cuando su hija tenía tres años, cuando empezó a sospechar. «Hubiera recibido atención temprana, mucha más estimulación…».
Por eso reclama un mayor conocimiento acerca de este trastorno. A la población en general, y a los especialistas que están en contacto con estos niños, en particular. A los pediatras, por ejemplo, para que en las revisiones profundicen más en el desarrollo del lenguaje para favorecer detecciones a tiempo, a los docentes o logopedas.
«Hace falta más conocimiento, porque es algo invisible y pasan como niños tímidos, retraídos, vergonzosos, porque al final son niños que no molestan. Creo que esos profesionales sí conocen el TEL, pero no están especializados. Porque hay tantos tipos, tantas variantes. Uno puede tener dañada la expresión, otro la comprensión, otros los dos… No hay dos niños TEL iguales».
-Someterse a un programa de seguimiento: la cirugía de un implante coclear (IC) requiere un tiempo de adaptación, ya que supone un cambio significativo en la forma de percibir y procesar los estímulos del entorno. Mediante un programa de seguimiento, el programador del implante y el otorrinolaringólogo realizarán la rehabilitación auditiva, basada en ejercicios y técnicas para la habituación de una forma progresiva. Será el profesional ORL quien se encargue de la tarea de revisar la correcta realización de los ejercicios.
-Plantearse pequeñas metas: el paso de la hipoacusia a la audición por implante coclear puede suponer un cambio brusco que afecte a la actividad normal del portador. Para ello es bueno que la persona que lleva el implante no se desespere y se proponga pequeñas metas para orientar mejor su aprendizaje y crecimiento.
-Alejarse de las fuentes de ruido: aunque la exposición a altos niveles de ruido es nociva para todos, a un portador de implante coclear le afecta en mayor medida. Es por ello que debe alejarse de cualquier fuente de ruido para aprender a distinguir los sonidos del ambiente y evitar que se genere confusión en la escucha.
-Pedir ayuda al interlocutor: la pronunciación y el habla de forma relajada hace que el portador del implante coclear adquiera mayores cualidades en el desarrollo de una conversación. Ante un diálogo en grupo es conveniente pedir que se repita la información o que se resuma brevemente. Al mismo tiempo, es vital que la situación se produzca en un ambiente relajado donde sea posible leer labios del interlocutor y evitar que éste hable con el rostro tapado o sin dirigir la mirada.
-Simular conversaciones por teléfono: el uso de esta vía de comunicación es una herramienta muy práctica para la expresión de los portadores de IC. Para comenzar con un uso adecuado de la misma se pueden simular conversaciones adaptadas a una situación real que favorezcan la adaptación.
-Concentración al ver la tv u oír música: en el momento de contemplar la televisión es recomendable fijar la vista detenidamente en quien habla y usar subtítulos en un primer momento. Al oír música es conveniente concentrarse en un sólo instrumento y si es posible, tener la letra de las canciones a mano para poder seguirla conforme a los golpes de sonido.
-Pedir un micrófono u altavoz: en reuniones grupales se recomienda buscar una posición cercana a un altavoz y solicitar el uso de un micrófono. Al mismo tiempo el implantado debe mantenerse lejos de las paredes y de lugares con eco o con acústica pobre en general.
-Revisar la reprogramación del sistema: el sistema tecnológico del implante coclear necesita una reprogramación con frecuencia para adaptarse a las necesidades de su portador. En la consulta del otorrinolaringólogo se evaluará la usabilidad del implante y se atenderá a cuestiones específicas sobre sus ajustes para la mejora de la audición.
-Favorecer el descanso: el esfuerzo por aprender a llevar un implante coclear puede ser una experiencia cansada. Por ello, es recomendable dejar a la mente descansar para no agotarse durante el aprendizaje. La actitud tranquila y paciente será vital para comprender mejor su uso.
-Plantear una visita a un logopeda: un logopeda puede ayudar al proceso de mejora de las habilidades comunicativas y de desarrollo del habla. En los primeros años de vida, estas sesiones pueden suponer un cambio notable en la manera de expresión.
Isabel Olleta
XV Curso Implantes Cocleares
Durante los días 11, 12 y 13 de Abril, Isabel Olleta y Mónica Sanz, coordinadora del centro, asistirán al XV Curso Implantes Cocleares en Pamplona.
Este Curso sobre Implantes Cocleares (IC), constituye la decimoquinta edición de una serie que desde 1990 viene organizando la Universidad de Navarra. En la actualidad el tratamiento de la hipoacusia con implantes cocleares ya ha adquirido un grado de madurez, pero no obstante se siguen produciendo numerosas novedades que afectan a aspectos tecnológicos, médicos, logopédicos, educativos, sociales y laborales.
Evolución cuantitativa y cualitativa de la presbiacusia en pacientes portadores de audífonos
Introducción. La presbiacusia es una enfermedad de origen multifactorial que afecta al oído y por tanto a la vida del paciente que la sufre, generándole alteraciones en la comunicación oral y aislamiento social, depresión e incluso demencia.
Objetivo. El objetivo de este estudio es analizar la influencia del uso o no de audífonos en la evolución de los umbrales auditivos así como en la conservación de la inteligibilidad en una muestra de pacientes presbiacúsicos en la Comarca de Tarazona y el Moncayo.
Material y métodos. La muestra está formada por 75 pacientes (44 hombres y 31 mujeres) de edades comprendidas entre 50 y 92 años, a los que se han realizado una revisión inicial y al menos otra de seguimiento en un plazo de más de 2 años y menos de 4 años. En cada revisión se ha realizado: anamnesis (en la revisión inicial), audiometría tonal y logoaudiometría. Todas las pruebas son realizadas en el mismo centro por un único examinador.
Resultados. En la muestra de pacientes presbiacúsicos analizada no se puede afirmar que el uso de audífonos prevenga el deterioro de los umbrales auditivos. Sin embargo su uso tiene un efecto positivo sobre la conservación de las habilidades de comprensión del lenguaje oral, más acentuado en los usuarios con pérdidas auditivas simétricas y adaptación binaural.
Discusión. Se trata de una muestra poblacional circunscrita en una zona geográfica rural. El tratamiento para la presbiacusia es aconsejable que se haga una adaptación binaural desde los primeros sistemas y diagnostico de la alteración auditiva para mantener la comunicación oral e impedir las consecuencias del asilamiento social.
Implantes cocleares pequeños, tecnología más moderna y estrategias de codificación más eficaces
Los implantes cocleares son hoy en día más pequeños, con una tecnología más moderna y con unas estrategias de codificación más eficaces, ha señalado Luis Lassaletta, presidente de la Comisión de Otoneurología de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
Los últimos avances en implantes cocleares han mejorado la calidad de vida de las personas con déficit auditivo severo o profundo gracias a su miniaturización y al aumento de sus indicaciones, según concluye un análisis llevado a cabo por la SEORL-CCC. Además, la comisión ha elaborado un ‘Decálogo de consejos para pacientes con implante coclear’ para favorecer la adaptación de estas personas.
La cirugía para colocar este implante consiste en la colocación de un dispositivo quirúrgico debajo de la piel con un receptor interno y una guía de electrodos que se introduce dentro de la cóclea, que estimula las terminaciones nerviosas del nervio auditivo mediante estímulos eléctricos.
Se intenta así simular el funcionamiento normal de la cóclea. El otorrinolaringólogo juega un papel clave es este proceso, pues coordinará al equipo implantador para obtener el mejor resultado posible, que estará formado por audiólogos, logopedas, programadores o psicólogos”, señaló el experto.
Las principales novedades en implantes tienen que ver con la estética, por un lado, y con las indicaciones, por otro. Según ha explicado el especialista, hace años los únicos candidatos a implante coclear eran los niños o adultos con sordera profunda bilateral, pero en la actualidad estos implantes son útiles en muchas otras afectaciones”.
Un estudio publicado en ‘Audiology & Neuro-otology’ ha concluido que estos implantes pueden ofrecer mejoras significativas en la calidad de vida, al comprobar como permiten una reducción en la severidad percibida del tinnitus y mejoras subjetivas en la percepción del habla. En la misma línea, otra investigación, esta publicada en ‘Otology&Neurotology’, ha estimado en 324.000 las personas en todo el mundo han recibido un implante coclear desde 2012.
Avances y consejos de los implantes cocleares
Un total de 40 centros médicos españoles realizan ya este tipo de intervenciones. “Esta avance ha permitido que en España cada vez existan menos personas sordomudas, puesto que implantamos el dispositivo antes de que los niños desarrollen el lenguaje”, ha indicado el doctor Lassaletta.
En este sentido, un trabajo publicado en ‘International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology’, ha comprobado que cuando la implantación coclear sucede de manera temprana y existe entrenamiento auditivo, la inteligibilidad de los usuarios es comparable a la que tienen las personas con audición normal.
Los implantes cocleares consiguen una audibilidad mejorada y el reconocimiento del habla a los seis meses de la cirugía, según un trabajo publicado en ‘Ear and Hearing’.
Por su parte, la durabilidad del implante dependerá de los cuidados y de los avances de la tecnología. “En teoría son para toda la vida pero en la práctica ocurre como con cualquier dispositivo tecnológico, que hay que renovarlo cada ciertos años para incorporar los últimos avances”, explicó el especialista.
Por ello, la Comisión de Otoneurología de la SEORL-CCC ha recomendado el ‘Decálogo de consejos para pacientes’, en el que incluyen recomendaciones como someterse a un programa de seguimiento; plantearse pequeñas metas para orientar mejor su aprendizaje y crecimiento; alejarse de las fuentes de ruido; pedir ayuda al interlocutor o simular conversaciones por teléfono para favorecer la adaptación.
También destacan consejos como concentrarse al ver la televisión u oír música; pedir un micrófono o, en reuniones grupales buscar una posición cercana a un altavoz; revisar la reprogramación del sistema; favorecer el descanso, ya que es recomendable dejar a la mente descansar para no agotarse durante el aprendizaje; y plantear una rehabilitación auditiva con un logopeda especializado.
Mutaciones genéticas. La pérdida auditiva hereditaria
La explicación de la pérdida auditiva hereditaria, en la mayoría de los casos, se encuentra en nuestros genes. Más de 500 genes de los 30.000 que componen el genoma humano afectan a la capacidad auditiva.
Así lo manifestó Claes Möller, profesor de audiología de la Universidad de Örebro en Suecia, en un estudio del que se hizo eco Hear-it. Y es que un gen defectuoso puede provocar la falta o el exceso de la proteína necesaria, produciendo una mutación.
De todas las personas con pérdida de audición de nacimiento, al menos dos de cada tres casos se deben a una mutación en uno de estos 500 genes.
Muchos tipos de pérdida de audición son hereditarios y se deben a mutaciones genéticas. Esto afecta al desarrollo y a las funciones del oído en varias y distintas maneras. Gracias a las investigaciones en genética se realizan hallazgos nuevos constantemente y aumenta así el conocimiento sobre este tema.
Entre algunos de los ejemplos de deficiencias auditivas hereditarias y genéticas se encuentran la otosclerosis, el síndrome de Usher y el síndrome de Pendred.
Científicos de todo el mundo están trabajando para delimitar las mutaciones genéticas asociadas con la pérdida de audición y se realizan nuevos descubrimientos con frecuencia. Otros experimentan con terapia génica lo que podría contribuir a desarrollar importantes tratamientos en el futuro, quizás conjuntamente con la terapia de células madre.
Las mutaciones genéticas pueden causar pérdida de audición por distintos motivos. Las mutaciones que se producen en las células ciliadas sensoriales del oído interno, la cuales tienen un papel vital en la capacidad auditiva de una persona, pueden impedir que dichas células funcionen de forma óptima y, por tanto, provocar una pérdida de audición.
Otras mutaciones genéticas pueden causar diversas afecciones no relacionadas con la audición que combinadas con una deformación del oído interno desembocan en una sordera de nacimiento o durante el primer año de vida (Síndrome de Pendred).
Los factores genéticos también son responsables de que algunas personas sean más propensas a padecer pérdida de audición que otras. Sus genes les hacen ser más vulnerables a la pérdida de audición inducida por el ruido, los fármacos o las infecciones.
FIAPAS y el Ministerio de Educación mejoran la inclusión del alumnado con sordera
El convenio firmado entre la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, ha permitido realizar un estudio sobre la situación socioeducativa del alumnado con sordera y mejorar la atención a este.
El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y FIAPAS han desarrollado diversas acciones para la adopción de medidas que redunden en la calidad de la atención educativa al alumnado con necesidades especiales derivadas de su discapacidad auditiva.
En este sentido, se ha puesto en marcha un estudio sobre la situación del alumnado con sordera que se publicará el próximo año. El análisis permitirá realizar un diagnóstico sobre el grado de inclusión de estos alumnos en las distintas etapas educativas.
Este convenio también ha posibilitado la elaboración de una publicación monográfica que recoge diversos trabajos realizados por expertos en el campo de la discapacidad auditiva. Asimismo, se han reeditado materiales formativos e informativos para el profesorado y se ha ampliado el repositorio de la Biblioteca Virtual FIAPAS.
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